Por: karol Yulieth Lopéz león

El "pollito" de Frisby, ícono colombiano, se defendió de una apropiación en Europa. Tras la presión social y legal, Frisby España retiró su logo similar.

La empresa colombiana Frisby logró una victoria contra una empresa española que intentó apropiarse de su identidad visual en Europa. El apoyo masivo en redes sociales y la rápida respuesta legal fueron claves en este caso.


En 2005, Frisby Colombia registró su marca en la Unión Europea, pero la falta de uso permitió a Frisby España registrarla en 2024 con un logo casi idéntico. La confusión en redes sociales fue inmediata, llevando a que muchos creyeran en una expansión de la marca colombiana. Este acto generó una considerable controversia y activó una rápida respuesta por parte de las autoridades y la comunidad colombiana.


Aunque Frisby España argumentó el uso legal de una brecha normativa, la indignación nacional fue tan palpable que obligó a la empresa española a realizar un cambio total e inmediato en su identidad corporativa. No hubo declaraciones públicas de Frisby España más allá del comunicado oficial de cambio de imagen, pero las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo a la compañía colombiana y de rechazo a lo que se percibió como un intento de apropiación cultural. La solidaridad de otras marcas colombianas también fue crucial para el éxito de la defensa del "pollito".


La disputa entre Frisby Colombia y Frisby España deja en claro la importancia del uso activo de marcas registradas a nivel internacional y el poder de la movilización ciudadana para defender la identidad cultural de un país. El caso sienta un precedente sobre la necesidad de una mayor protección legal para símbolos nacionales y la relevancia del apoyo colectivo en la defensa del patrimonio cultural. El éxito de Frisby demuestra que las marcas con fuerte arraigo cultural pueden contar con la defensa de sus consumidores.