Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Helí Mejía Mendoza, alias ‘Martín Sombra’, falleció en Bogotá, dejando tras de sí un legado de violencia y crueldad en el conflicto armado colombiano.

Helí Mejía Mendoza, conocido como ‘Martín Sombra’, murió en el hospital El Tunal en Bogotá. Este exguerrillero de las FARC fue tristemente célebre por su brutalidad y por ser el cerebro detrás de algunos de los secuestros más notorios en Colombia, incluidos los de Ingrid Betancourt y Clara Rojas. Su muerte marca el fin de una era marcada por la violencia y el sufrimiento de muchas víctimas.

‘Martín Sombra’ fue custodio de figuras como Ingrid Betancourt, candidata presidencial, y Clara Rojas, política, quienes sufrieron años de cautiverio en condiciones inhumanas. Bajo su vigilancia, nació Emmanuel, hijo de Clara Rojas, en la selva, un hecho que él mismo reveló ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Durante su tiempo en las FARC, Mejía Mendoza fue responsable de las llamadas “caminatas de la muerte” y creó las macabras jaulas de alambre de púas para los cautivos. Estas acciones no solo demostraron su crueldad sino también una estrategia para evadir la persecución militar. Además, entrenó a menores en técnicas de supervivencia extremas y en el uso de explosivos, contribuyendo a la espiral de violencia en el conflicto colombiano.

La muerte de ‘Martín Sombra’ cierra un capítulo oscuro en la historia del conflicto armado en Colombia. Aunque su fallecimiento pueda parecer el fin de una era de terror, las heridas y el dolor que causó perduran en las víctimas y en la memoria colectiva del país. Su testimonio ante la JEP, aunque revelador, es solo un paso hacia la comprensión completa y la reconciliación nacional, subrayando la necesidad de justicia y memoria para garantizar que atrocidades similares no se repitan.