miércoles, 21 mayo 2025
Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera
Los avances en inteligencia artificial están transformando la predicción del clima, con modelos como Aurora de Microsoft y TerraMind de IBM, que prometen prever con mayor precisión eventos extremos y reducir sus impactos devastadores.
Entre 1994 y 2013, las inundaciones afectaron a casi 2.500 millones de personas y causaron más de 244.000 muertes, con pérdidas económicas estimadas en 936.000 millones de dólares. Estos desastres naturales representaron el 43% de los eventos catastróficos en ese período, según el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres. Frente a esta realidad, la inteligencia artificial surge como una herramienta clave para mejorar las predicciones y mitigar futuros desastres.
En este contexto, Microsoft ha lanzado Aurora, un modelo de IA desarrollado en colaboración con prestigiosas universidades como Pensilvania, Cambridge y Ámsterdam. Aurora ha demostrado superar a los modelos tradicionales en el 92% de los casos evaluados, incluyendo la predicción de todos los huracanes de 2023 con una precisión sin precedentes. Paris Perdikaris, profesor en la Universidad de Pensilvania y coautor del estudio, destaca la capacidad de Aurora para ofrecer predicciones accesibles y eficientes sin depender directamente de principios físicos.
Por otro lado, el sistema TerraMind, fruto de la colaboración entre IBM y la Agencia Espacial Europea (ESA), fue presentado oficialmente el Día de la Tierra de 2025. TerraMind utiliza IA generativa para analizar imágenes satelitales y datos atmosféricos, ofreciendo predicciones versátiles y accesibles incluso con recursos computacionales limitados. Este sistema representa un avance significativo en la observación terrestre y la predicción de fenómenos meteorológicos.
Estos desarrollos no solo mejoran la precisión en la predicción de eventos extremos como huracanes y lluvias torrenciales, sino que también democratizan el acceso a herramientas de predicción avanzadas. La capacidad de estos modelos para operar sin necesidad de supercomputadoras abre nuevas posibilidades para su uso en sectores como la agricultura y comunidades vulnerables, contribuyendo a una gestión más justa y eficaz del clima.
En conclusión, la integración de la inteligencia artificial en la meteorología está marcando el comienzo de una nueva era en la comprensión y gestión del clima. Con la colaboración de gigantes tecnológicos y la comunidad científica internacional, se espera que estos avances reduzcan significativamente las pérdidas humanas y económicas asociadas a desastres naturales, transformando la forma en que el mundo se prepara y responde a las amenazas climáticas.
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