Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Intensas lluvias desbordaron el río Suaza y la quebrada La Neme, afectando viviendas y cultivos en Huila. Fedecafeteros activó su protocolo de emergencia para apoyar a los caficultores. El gobierno regional pide ayuda al gobierno nacional.

El departamento del Huila se enfrenta a una grave emergencia por las fuertes lluvias de los últimos días. El municipio de Suaza resultó especialmente afectado por la crecida del río Suaza y el desbordamiento de la quebrada La Neme, causando inundaciones devastadoras en zonas rurales. Viviendas quedaron sumergidas y cultivos de café, plátano y yuca fueron arrasados. La situación ha generado una crisis humanitaria y económica en la región.


Ante la magnitud del desastre, el presidente de Fedecafeteros, Germán Bahamón, expresó su solidaridad con las comunidades cafeteras afectadas. "Nuestro equipo en el Huila activará el protocolo de emergencia, apoyando a los afectados junto a las autoridades", afirmó Bahamón, destacando el compromiso del gremio cafetero con la recuperación. La entidad se comprometió a participar en la evaluación de daños y a brindar ayuda en la reconstrucción.


Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones que destruyeron hogares y cultivos en cuestión de horas, dejando a muchas familias campesinas sin sus medios de subsistencia. La infraestructura vial también sufrió daños significativos, dificultando el acceso a las zonas afectadas por maquinaria y ayuda humanitaria. Además, varios deslizamientos de tierra bloquearon carreteras en la zona, agravando la situación. La Gobernación del Huila reportó 325 emergencias relacionadas con las lluvias.


La emergencia en Suaza expone la vulnerabilidad de las comunidades rurales ante los efectos del cambio climático. Las lluvias extremas y los deslizamientos se han vuelto más frecuentes e intensos, superando la capacidad de respuesta de las autoridades locales. Se requiere una planificación territorial más integral, que incluya medidas de protección ambiental y mitigación de riesgos, para fortalecer la resiliencia de las comunidades frente a eventos climáticos futuros. La solidaridad de gremios como Fedecafeteros es fundamental, pero la respuesta a largo plazo debe ser colectiva e involucrar al gobierno nacional en su apoyo a la reconstrucción.