Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

El Sindicato de Educadores de Santander (SES) planea un paro de 48 horas ante problemas en el nuevo modelo de salud para maestros, con posibilidad de extenderse.

Desde la implementación del nuevo modelo de salud el 1 de abril de 2024, los educadores de Santander han enfrentado múltiples obstáculos en su atención médica. La situación ha escalado hasta el punto de que el SES ha anunciado un posible paro de actividades que podría durar 48 horas, iniciando la segunda semana de mayo de 2025. Esta medida busca presionar por soluciones inmediatas a las demoras en citas médicas, la escasez de medicamentos y la atención deficiente que han marcado la experiencia de los docentes con el sistema.

Heriberto Delgado, presidente del SES, ha sido el vocero principal de las quejas, enfatizando que la salud de los educadores es una prioridad que no está siendo atendida adecuadamente. "No podemos enseñar en condiciones de salud precarias", declaró Delgado. La Federación Colombiana de Educadores (Fecode) también ha mostrado su apoyo, convocando a un paro nacional en solidaridad con sus colegas de Santander.

El anuncio del paro es el resultado de meses de frustraciones acumuladas. Los maestros reportan que desde la entrada en vigor del nuevo modelo, gestionado por la Fiduprevisora y el Gobierno Nacional, han tenido que enfrentar un sistema que no cumple con las expectativas ni las necesidades básicas de los profesionales de la educación. La falta de medicamentos y las largas esperas para recibir atención son solo la punta del iceberg de una serie de deficiencias que han puesto en jaque la salud del magisterio.

Este conflicto no solo pone de relieve los problemas de un modelo de salud mal implementado, sino que también amenaza con desestabilizar el calendario académico en el departamento y, potencialmente, a nivel nacional. Si las autoridades no actúan con celeridad para resolver estas cuestiones, el paro podría extenderse, afectando a miles de estudiantes. La situación en Santander es un claro indicativo de una crisis más amplia en el sistema de salud del magisterio, que requiere una revisión y corrección urgente para evitar futuros conflictos y garantizar el bienestar de los educadores.